Las diferentes formas en que vemos las situaciones y las personas que nos rodean determina nuestro juicio sobre ellas, las emociones que sentimos y el tipo de acciones que realizamos. Las personas con talento tienen formas, no mejores, si no diferentes de ver las mismas cosas que también ven los demás y que les transforman en observadores especiales de la realidad, con capacidad de emprender y de actuar poderosamente en muchas y variadas situaciones. Algunas de estas formas especiales de observar la realidad, posibles para todos nosotros, son las siguientes:
De la CULPABILIDAD a la RESPONSABILIDAD
Las personas con talento no se sienten culpables de lo que les ocurre y, mucho menos, de lo que les ocurre a los demás. La culpa surge cuando hacemos algo que, pensamos, no deberíamos haber hecho o no hacemos algo que deberíamos haber hecho. La gente con talento se percibe como sujetos responsables de sí mismos, es decir, capaces de responder hábilmente ante todo tipo de situaciones y acontecimientos. Su locus of control es interno y no someten su bienestar y su conducta a ninguna voluntad externa. Tampoco culpan a nadie de nada.
De la DESCONFIANZA a la CONFIANZA
Nadie puede dar lo que no tiene y viceversa. Los que desconfían dan desconfianza y la dan porque es lo que tienen hacia sí mismos. La desconfianza nos hace actuar de manera suspicaz y temerosa, con miedo. Las personas con talento confían en sí mismas y pueden, por tanto, dar confianza a los demás. La confianza nos libera y permite que focalicemos nuestra energía en relacionarnos y comportarnos con sinceridad, competencia y credibilidad.
De las OBLIGACIONES a los COMPROMISOS
El mundo del trabajo, primariamente, es un espacio de obligaciones, en muchas ocasiones, legalmente reguladas. Los managers gestionan obligaciones. Pero los líderes son capaces de transformar espacios de obligaciones en espacios de compromiso. En estos espacios, las personas asumen sus misiones y valores libremente y deciden adquirir un compromiso propio que hacen inevitables la transformación y la excelencia en su conducta profesional.
De EXIGIR a PEDIR
Exigir algo a alguien implica manifestar que tenemos derecho a ese algo y que la persona a quien se lo pedimos está obligada a proporcionárnoslo. La exigencia es herramienta del poder. Las personas con talento prefieren pedir antes que exigir. Cuando pedimos, nos exponemos, pero también reconocemos al otro su libertad de decisión, su capacidad para elegir. Este reconocimiento que nos hace quien nos pide incrementa nuestra autoestima y libera nuestro potencial. Dar algo que nos han pedido nos satisface y nos hace sentir el poder, sí, pero el poder de la generosidad humana.
De la PREOCUPACION a la OCUPACIÓN
Las pre-ocupaciones son conversaciones mentales recurrentes, sin decisión ni acción algunas. Su cronificación nos genera temor y ansiedad permanentes. Muchas personas se pasan la vida preocupadas por cosas que nunca sucederán o acerca de las cuales nunca harán nada. Las personas con talento prevén las cosas y se ocupan de ellas haciendo de manera proactiva, buscando soluciones e implantándolas. La acción nos libera mentalmente, transforma efectivamente nuestra realidad y, sobre todo, nos permite descansar.
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