Carlos Capacés

Director

 

La terminología de Recursos Humanos (abreviadamente RR.HH.) debió tener su origen en el siglo XIX y sólo fue a partir de la primera década de 1900, cuando de la mano de Taylor, comenzaron a darse los primeros pasos para diferenciar la aportación incipiente en aquel entonces de unos trabajadores respecto a otros.

Ha sido suficiente un siglo, apenas tan sólo un siglo, para viajar a través de aspectos tan importantes en el ámbito de los Recursos Humanos como son la motivación, el compromiso, el liderazgo, el reconocimiento, las competencias, las misiones, el talento… Estas estaciones del viaje centenario se han transformado, en algo más de diez décadas, en estadíos tan efímeros como insignificantes.

Han bastado apenas un puñado de años para convencerse y desconvencerse de la excelencia de las personas en las empresas, de lo imprescindible, no sólo de su aportación como individuos, grupos y equipos, sino de no negociables como pueden ser y han sido su compromiso, su orgullo de pertenencia, su ejemplaridad en comportamientos y actitudes, su esfuerzo colaborativo hasta extremos alejados…

Con sólo cien años entre los dedos, hemos pasado de llegar a justificar algunas decisiones estratégicas empresariales por los intereses inequívocos de las personas y colaboradores que forman las compañías, a comprender y aceptar educadamente lo innecesario de retener al talento que… tanto nos costó generar y atraer.

Hoy por hoy, cuesta trabajo encontrar a quien considere realmente a su capital humano como aquel capital más importante de su organización aunque sólo fuese porque no se puede copiar. En muchas compañías, lo que antes parecía imprescindible, hoy se ha transformado en prácticamente algo accesorio y hasta superfluo.

Lo que hoy se entiende como Recursos Humanos, cuyo origen debió tener lugar en el siglo XIX, tal y como decíamos, ha pasado por ser una mera unidad de control, más tarde una jefatura de administración de personal, llegando a constituirse como un departamento de personal y finalmente, un departamento y/o dirección de Recursos Humanos.

Nos ha costado mucho llegar hasta aquí. Nos ha costado mucho esfuerzo llegar a ser reconocidos como una parte fundamental en la consecución de objetivos, metas y visiones estratégicas de las empresas. Nos ha costado tanto, que ahora no podemos ceder hasta regresar un siglo atrás y permitir que hablen de nosotros como los nuevos departamentos de Residuos Humanos (RR.HH.).

Si realmente estábamos convencidos de la importancia de las personas en las empresas, de su talento, de su cerebro y de sus ideas, debemos ser valientes y hacer valer nuestras convicciones también ahora. Y es que,  a partir del momento en que comienzan a aparecer diferencias entre lo que creemos y lo que hacemos, comenzamos a romper el contrato más importante que firmamos nunca, aquel que hemos firmado con nosotros mismos.